domingo, 19 de abril de 2009

CASA BARRIENTOS: SOBREVIVIENTE DE UNA ÉPOCA.

En el sector de la quebrada Santa Elena, hoy conocido como avenida la Playa, empieza a gestarse un eje importante de Medellín. Es allí donde llegan a vivir a finales del siglo XIX y principios del XX las familias adineradas y prestantes de la ciudad.

Ubicada en la avenida izquierda de la quebrada Santa Elena y diagonal a la casa de Coriolano Amador, se encontraba una construcción en tapia, de estilo colonial y fachada en madera que la hacía común y sin atributos. Esta casa sin atributos fue remodelada en 1895 adquiriendo un estilo afrancesado, muy europeo en su fachada pero conservando en el interior su estilo colonial. Ahora tenía porte, estilo y un costo de 30.105 pesos de oro. Y es por este precio que en 1925 la familia Barrientos Uribe, conformada por cinco hermanos: Emilia, Miguel, Juan Crisóstomo, Isabel y Federico. Compran el inmueble, lo que evidencia para la época su alto nivel adquisitivo.

Durante el tiempo que la familia habitó la propiedad, pocas personas entraron a la casa, de hecho con pocas personas se relacionaban, hasta tal punto que ninguno de los cinco hermanos llegó a casarse. La casa de los Barrientos estuvo cerrada, como ellos mismos fueron una familia cerrada, aún entre ellos mismos.

Medellín empezó a crecer, a expandirse. Se modernizó e industrializó. La quebrada Santa Elena se canalizó, El ferrocarril se puso en funcionamiento, se echó a bajo el Teatro Junín, el Teatro Bolívar y otras piezas de arquitectura clásica, para abrir paso a los edificios imponentes que empezaban a hablar de un cambió de época y de siglo.

Y ahí estuvo La casa Barrientos, imponente pero deteriorándose, sobreviviente de una época que estaba culminando y testigo de un siglo que comenzaba con abruptos cambios y sin sentimentalismos para demoler piezas arquitectónicas y espacios de la ciudad que estaban siendo víctimas de la modernización de la ya, antigua Villa de la Candelaria.

Muerto Federico Barrientos el 21 de octubre de 1983 y al no existir un heredero legítimo de la casa, esta y las posesiones bancarias de la familia pasaron a manos del estado. La Ley Colombiana estipula que los bienes mostrencos o vacantes, es decir, aquellos sin dueño o herederos, deben pasar a instituciones del estado, en este caso, la casa de la familia Barrientos y sus poseciones bancarias pasaron a ser del Instituto de Bienestar Familiar. Quien no tuvo la iniciativa y tampoco la oportunidad de hacer algo importante con el inmueble.

La casa de los Barrientos fue declarada Patrimonio Nacional de Arquitectura muy entrado el siglo XX. Única forma de evitar que fuera arrasada de la historia viva de la ciudad.

Parte de las fotografías a continuación son tomadas del Archivo Fotográfico de la Casa de la Lectura Infantil. Otras son de mi autoría.

3 comentarios:

  1. Me parece bien esta cronología y el slide de fotografías aporta mucho al reconocimiento del inmueble y a dar evidencia del proceso de transformación que tuvo. Supongo que para construir el relato fue necesario consultar fuentes documentales y/o testimoniales. Creo que hace falta la mención de ellas o su inclusión en la narración. Tengo dudas con la frase: "La casa de los Barrientos estuvo cerrada, como ellos mismos fueron una familia cerrada, aún entre ellos mismos"...me parece que está enredada ¿no le parece?.

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  2. no es una frase compleja. simplemente quise decir, la casa como la familia que la habitaba estaban cerradas a la sociedad y esa familia en si misma, entre sus miembros sostenian poca relacion.

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  3. La frase está bien. De hecho, es mejor que decir:"la casa como la familia... en sí mismas". La primera opción recoge el ambiente y la segunda va al hecho.

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